Investigando la relación entre la preeclampsia y el sistema inmune
El Doctor de Ciencias Biológicas, Ivo Carrasco, se encuentra trabajando en una línea de investigación que busca establecer cómo la sintomatología materna es mantenida durante el embarazo y cómo impacta en la vida de las futuras madres. Es en este escenario, donde la placenta juega un rol fundamental en el desarrollo de esta anomalía.
La preeclampsia es una enfermedad recurrente que afecta a un siete por ciento de mujeres embarazadas a nivel mundial. Su sintomatología conlleva una alta presión arterial, como también signos de daño hepático o renal, después de la vigésima semana de embarazo. Hasta ahora se desconoce la causa exacta de su aparición.
El Doctor de Ciencias Biológicas, Ivo Carrasco, se encuentra trabajando en una línea de investigación que busca establecer cómo la sintomatología materna es mantenida durante el embarazo y cómo impacta en la vida de las futuras madres. Es en este escenario, donde la placenta juega un rol fundamental en el desarrollo de esta anomalía.
“En el período de gestación, se crea un órgano transitorio que es la placenta. Éste equivale a tener un pulmón o un hígado, para que el feto que se está desarrollando en el periodo del embarazo tenga todos los nutrientes y también se pueda hacer cargo de los desechos que va generando a medida que éste va creciendo”, asegura el profesor Carrasco.
Para muchos especialistas, la placenta es comparable a un pulmón, porque una de las funciones más notables de ésta, es la transferencia de oxígeno de la madre al feto. Sin embargo, también funciona como sistema endocrino y potencia la interacción con la madre, más allá de lo que efectivamente está ocurriendo con el feto.
Bajo estas condiciones, es que en muchas futuras madres se desarrolla la preeclampsia, una enfermedad que aparece en el embarazo y que en la gran mayoría de las mujeres desaparece una vez que dan a luz.
“Es como una ruleta, porque no se sabe que es lo que gatilla esta enfermedad. Hay mucha gente involucrada en entender esta patología y todo parece indicar que, al inicio del proceso del embarazo, la placenta no se forma bien. Está, funciona, pero no correctamente”, manifiesta el investigador.
El profesor Carrasco explica que estas anomalías, se manifiestan en el segundo trimestre de embarazo, con una sintomatología que incluye la presencia de proteínas en la orina, una muy alta presión e incluso alteraciones a nivel cognitivo por esta causa. Es por eso que se debe actuar rápido en este periodo de tiempo.
Es en este punto, donde la línea de investigación del profesor Carrasco pone el acento: el sistema inmune. Entonces, en el cuerpo de la futura madre “hay placenta con una arquitectura alterada que genera mucha presión sanguínea. Y lo que hipotetizamos es que la sangre que entra con fuerza a la placenta causa un daño físico. Es crucial considerar que la sangre que entra a la placenta, no entra a una piscina, sino que entra a un lugar que está lleno de estructuras. No es una bolsa que se llena de agua, sino más bien es un tejido parecido al pulmón, con recovecos y canales”, explica.
Agrega el investigador que “ahí vemos un daño físico. Hay moléculas de la placenta que entran al torrente sanguíneo materno. Así están alertando al sistema inmune materno respecto a que algo está pasando, porque éste no sólo está preparado para defender el cuerpo de elementos externos, sino que, también, para reaccionar ante el daño del cuerpo”.
Es bajo este esquema, que la respuesta inmune de la madre con preeclampsia es pequeña, pero crónica, y comparte rasgos con cuadros clínicos relacionados con la diabetes, la obesidad, enfermedades cardiovasculares, que tienen en común un sistema inmune alarmado y estresado.