A bordo del Centinela I: investigadoras USS estudian salud metabólica femenina en el sur de Chile
Un equipo científico zarpó desde Puerto Montt rumbo a Caleta Ayacara, en la Región de Los Lagos, para comparar la salud metabólica y los hábitos alimentarios entre mujeres de la zona y de la Región Metropolitana. La expedición, a bordo de la embarcación-escuela Centinela I de la Universidad San Sebastián, integra investigación y territorio desde una mirada científica que busca reducir la brecha en el conocimiento sobre la salud de mujeres y hombres.
María José Marconi J., Vicerrectoría de Investigación y Doctorados USS.

El amanecer sobre el Seno de Reloncaví encuentra al Centinela I listo para zarpar, convertido una vez más en laboratorio flotante para recorrer durante nueve días las aguas del sur de Chile y conectar localidades costeras. A bordo viajan ocho mujeres: científicas, nutricionistas, tecnólogas médicas y tripulantes, rumbo a Caleta Ayacara, en la Península de Comau, con el propósito de comprender cómo la geografía y los hábitos alimentarios inciden en la salud de las mujeres.
La expedición forma parte del proyecto “Perfil metabólico e ingesta alimentaria en mujeres gestantes y no gestantes”, liderado por las investigadoras María José Yáñez y Andrea Leiva de la Universidad San Sebastián, con apoyo de sus respectivos proyectos Fondecyt y del concurso interno de acceso al velero Centinela I, ideado de manera conjunta entre la Vicerrectoría de Investigación y Doctorados y el Proyecto Centinela, de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio y Proyectos Institucionales.
El estudio busca comparar indicadores metabólicos y cardiovasculares entre mujeres de comunidades costeras de la Región de Los Lagos y de la Región Metropolitana, mediante la evaluación del perfil lipídico y los niveles de leptina (hormona clave en la regulación del apetito y el metabolismo energético) como posibles marcadores de diferencias en salud. “Esta es una expedición científica hecha por mujeres y para mujeres”, resume la Dra. Yáñez.
Queremos comprender cómo la alimentación de las mujeres de Ayacara y de otras comunidades de la Península de Comau influye en su salud metabólica y cardiovascular, con el objetivo de generar evidencia científica que contribuya al diseño de políticas públicas más precisas y efectivas en salud materna”.

El equipo científico a bordo del Centinela I está compuesto por Andrea Leiva (USS); Reyna Peñailillo (nutricionista e investigadora Universidad de los Andes); Andrea Morales (tecnóloga médica y estudiante del Doctorado en Enfermedades Crónicas USS); Sofía Uribe (nutricionista y estudiante de Doctorado UNAB), y Amparo Pacheco (técnica de laboratorio USS).
Centinela I: ciencia y territorio
Las localidades de la Península de Comau (Ayacara, Huequi, Chumelden y otras) sólo son accesibles por mar. El Centinela I permite superar las barreras logísticas que históricamente han limitado la realización de estudios en estos territorios. Durante la expedición, las investigadoras aplicarán encuestas nutricionales y sociodemográficas, registrarán peso, talla y medidas corporales, y recolectarán muestras sanguíneas para evaluar parámetros bioquímicos y hormonales.
El velero no sólo transporta al equipo: garantiza la cadena de frío y la bioseguridad necesarias para el traslado de las muestras desde Ayacara hasta los laboratorios en Puerto Montt y Santiago. “El Centinela I nos permite llegar a comunidades aisladas y obtener datos reales sobre su alimentación, su salud y su contexto de vida. Esa conexión directa es lo que da valor a la investigación”, comenta Andrea Leiva.
Dieta y riesgo metabólico femenino
En Chile, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte, responsables del 23 % de los fallecimientos anuales. Más de la mitad de la población adulta presenta riesgo moderado o alto, y las mujeres registran tasas superiores a las de los hombres. Este panorama se relaciona con factores como la obesidad, la diabetes, la hipertensión y las dislipidemias, condiciones que pueden prevenirse con intervenciones tempranas en alimentación y estilo de vida.
En este contexto, la leptina es un marcador metabólico clave: niveles elevados se asocian con exceso de grasa corporal e intolerancia a la insulina. Durante el embarazo, sus concentraciones aumentan de forma natural, lo que permite estudiar cómo se modula el metabolismo materno según el tipo de dieta. Al medir leptina junto con el perfil lipídico y variables antropométricas, el estudio podrá estimar el riesgo metabólico y cardiovascular de las participantes.
Dos realidades alimentarias
Las investigadoras esperan encontrar contrastes significativos entre los patrones alimentarios de las mujeres de zonas urbanas y rurales costeras. Aunque las comunidades del sur cuentan con abundantes recursos marinos, estudios previos muestran que su consumo real de pescado es sorprendentemente bajo, siendo reemplazado por harinas, grasas saturadas y azúcares simples. En cambio, en Santiago existe una mayor diversidad de alimentos y una exposición más constante a campañas de promoción nutricional.
Comprender estas diferencias permitirá orientar recomendaciones específicas, tanto para mujeres gestantes como no gestantes, ajustadas a las realidades locales.
Los resultados de este estudio podrían respaldar políticas y guías alimentarias adaptadas al territorio”, señala la Dra. Leiva. “Nuestra meta es generar conocimiento que contribuya a prevenir disfunciones metabólicas y mejorar la salud femenina en distintas regiones del país”.
En esta línea, la Dra. Yáñez destaca que este trabajo también busca integrar la perspectiva territorial y sociocultural en el estudio de la salud femenina, reconociendo que la alimentación, el acceso a recursos y las condiciones de vida pueden influir significativamente en los perfiles metabólicos y cardiovasculares de las mujeres chilenas.
Esta nueva travesía del Centinela I engloba varios propósitos a la vez: investigación de frontera, trabajo territorial y una visión de la ciencia que incluye a las mujeres. Es también una forma de extender la investigación hacia lugares donde habitualmente no llega. En cada puerto, las investigadoras dialogan con profesionales de salud y personas de la zona, fortaleciendo el vínculo entre conocimiento académico y bienestar comunitario. En esa confluencia -entre ciencia, territorio y vida cotidiana- reside el sentido de esta expedición.